¿Es el amor hacia lxs otrxs una demostración desinteresada de nuestra capacidad genuina de otorgarnos y abrirnos hacia la alteridad? ¿O es una imposición de saberes, de deseos egoístas, como intento de dominación sobre las voluntades ajenas? ¿Es posible el encuentro? ¿o siempre hay algo que no encaja?

Esta carta pregunta por el carácter político de las relaciones sexo afectivas, asumiendo que: siempre que hay relaciones humanas, hay diferencias, imposiciones, manipulaciones, que movilizan la energía vincular de un polo a otro. En los vínculos se generan pautas de circulación inéditas, diferentes del natural y habitual magnetismo de los campos personales de cada unx de los participantes de la relación, generando disrupciones y nuevas adaptaciones. Las corrientes energéticas que llevan a los seres a relacionarse despliegan una fuerza direccionada que puede ser agresiva, así como propositiva, funcionando como un imán: estas fuerzas operan conjuntamente como polos de atracción y de repulsión.

Las pautas socio culturales enmarcan las relaciones humanas en determinados modos de posibilidad, de este modo limitan los potenciales del despliegue energético relacional a cierto repertorio nomenclado, estandarizado. Proyectar la responsabilidad de los efectos de las relaciones a unx de los miembros de la misma, es desentenderse de la propia circulación energética en el vínculo.

Distinguir qué fuerzas de choque se ponen en juego en mis relaciones, me ayuda a conocer cómo estoy desplegando y poniendo en juego mi circulación energética en relación a lxs otrxs.